DAVID & MARIA
Málaga es tradición
Todo empezó en 2011, pero no fue hasta 2014 que la cosa se puso seria. Nos conocimos en Torre del Mar, David escapaba del calor de Córdoba con sus amigos y, bueno, yo llevaba veraneando allí desde que tengo uso de razón. Un agosto de 2011, el destino decidió cruzar nuestros caminos. David estaba convencido de que era malagueña hasta que abrí la boca. Él siempre dice que antes de conocerme, ya me había visto de lejos y algo en mí le llamó la atención. La primera discusión, el primer beso. Siempre dice que fui yo, pero con mi 1,60 y su 1,89, o él se agachó más de la cuenta, o apareció un bordillo en el momento justo. A día de hoy, seguimos debatiendo cómo ocurrió.

Te preguntarás qué pasó luego. Pues llegaron las llamadas al teléfono fijo (de esas que había que colgar antes de que nuestros padres preguntaran con quién hablábamos tanto), y los viajes en bus, tren, coche… La vida se convirtió en un Madrid-Córdoba express con paradas en Málaga. Al principio, David era el chef estrella, con sus espaguetis carbonara, pero con el tiempo nos igualamos (o él se relajó demasiado). Ahora la cocina es de los dos...
Y lo de la distancia tenía su gracia, hasta que dejó de tenerla. Pasados unos años, David se mudó a Madrid para hacer el máster (que no os engañe, él quería irse a Sevilla, pero al final se vio en Madrid y tuvo que adaptarse a la jungla madrileña). Llegaron nuevas etapas y, poco después, la convivencia. Nos fuimos conociendo aún más y creciendo juntos. Entre exámenes, los primeros trabajos juntos, la cuarentena y el equilibrio perfecto entre la energía inagotable de María y la serenidad de David, hemos acumulado tantas anécdotas que algún día podrían dar para un libro.
Pero claro, si algo se nos da bien es complicarnos la vida, así que un día dijimos: ¿Y si nos mudamos al otro lado del charco?. Austin, Texas. De repente, tacos en vez de bocadillos de calamares y un calor que hace que el verano en Córdoba parezca fresco. Nos adaptamos, nos reinventamos y seguimos acumulando kilómetros y aventuras.

Desde 2014, Málaga ha sido nuestra tradición. La casa de mis abuelos se ha convertido en nuestro refugio cada verano. Días en la playa, comidas interminables y planes que hacen que el verano sea nuestra época favorita. Cada agosto vamos a nuestra playa secreta, a ver las estrellas y pedir algún que otro deseo. Y en ese mismo lugar, el 11 de agosto de 2023, llegó la pedida.
Ahora estamos aquí, organizando una boda a distancia, que más que una organización parece una gincana con más estrés y menos premios. Pero lo importante es que estaremos todos juntos. Y sí, siempre cerca del mar, deseando que llegue este agosto.





