Aunque ninguno de los dos es de aquí, Málaga nos ha robado el corazón. María es madrileña pero lleva veraneando aquí desde que tiene uso de razón (y su abuelo, un malagueño de toda la vida, siempre decía que vivir cerca del mar era lo mejor que te podía pasar). Y David, como buen cordobés, no puede resistirse a un verano junto al mar. 

En 2014, la vida nos juntó, y desde entonces, no paramos de buscar excusas para volver. Así que, aquí estamos, cumpliendo la tradición de pasar cada agosto en Málaga. Y ahora, queremos compartirlo contigo. Siempre cerca del mar.